El estrés es un proceso de interacción entre los eventos del entorno y nuestras respuestas cognitivas, emocionales y físicas.
El estrés es una respuesta automática y natural de nuestro cuerpo frente a situaciones que nos resultan amenazadoras o desafiantes. La vida nos exige adaptarnos constantemente a las demandas del entorno por lo tanto cierta cantidad de estrés resulta ser necesaria para mantenernos activos y en estado de alerta.
La mejor manera de controlar el estrés es que aprendamos a reconocer las señales y en qué momento aumentan nuestros niveles de tensión.
Algunos síntomas:
- Alteraciones en el humor.
- Alteración del sueño.
- Estómago revuelto.
- Dolor de cabeza.
- Problemas para relacionarnos con nuestro entorno.
- Irritabilidad.
- Ansiedad y frustración.
Detectar estas señales a tiempo nos permitirá encontrar métodos para reducir los niveles de tensión, evitando los efectos negativos a la larga.
El estrés no es un problema humano, sino una reacción que ayuda a todos los animales a sobrevivir.
El efecto continuo de la adrenalina sobre el aparato circulatorio puede llegar a sobrecargar la función endureciendo las arterias y aumentando la presión arterial. Como consecuencia, esto puede afectar nuestro sistema inmunológico, nuestro corazón y dañar de manera irreversible las funciones cognitivas como la memoria y la capacidad de concentración, entre otras. Es por esa razón que es mejor estar preparados para enfrentar de la mejor manera esas experiencias.
ESTRATEGIAS PARA AFRONTAR EL ESTRÉS:
DE ANTICIPACIÓN: Abordaremos el problema o situación estresante previamente, respondiendo las interrogantes que nos planteemos y planificando de manera detallada los pasos posteriores.
DE EVASIÓN: Cuando ya hemos identificado las situaciones estresantes definiremos cuál o cuáles de ellas resultan ser innecesarias para evitarlas a toda costa.
FASES DEL ESTRÉS:
El estrés no aparece de un momento a otro. Podemos identificar 3 fases:
- Fase de alarma: al enfrentar una situación nueva comenzamos a analizar los elementos de este nuevo contexto ya sea de manera imaginaria o real. Nuestro cerebro realiza una comparación entre esta experiencia y las anteriores o similares, y si no nos sentimos capaces para responder a las nuevas exigencias hace que el organismo libere altas dosis de adrenalina, preparando al cuerpo para responder: aumenta la frecuencia cardíaca y tensa los músculos.
- Fase de resistencia: en esta fase nos mantenemos activos frente a la situación estresora, aun cuando ya se han podido detectar los primeros síntomas se sigue respondiendo a los requerimientos. Cuando el estímulo cesa, el organismo vuelve a la normalidad.
- Fase de agotamiento o Burnout: en este caso, si el estímulo y la tensión continúa la resistencia termina por agotarse, volviendo a provocar una nueva fase de alarma. Se generan problemas físicos y psíquicos.
“El estrés se convierte en peligroso cuando aparece con frecuencia, se prolonga de modo inusual o se concentra en un órgano del cuerpo” (Hans Selye, 1936 “el síndrome del estrés”)
TE COMPARTIMOS ALGUNAS TAREAS QUE PUEDES REALIZAR:
Positivización del pensamiento: Encuentra esos momentos agradables y atesoralos cada día de tu vida.
Modificar pensamientos es lo primero y luego las conductas.
Escucha a tu cuerpo: La habilidad para reconocer los síntomas y señales es esencial para satisfacer las necesidades de base que nuestro cuerpo expresa por medio de molestias y dolores.
Haz un listado con todas esas cosas que te han estado pasando el último tiempo, las cuales te preocupan y requieren ser atendidas. Probablemente debas organizar tu tiempo de tal manera que te proporciones el tiempo suficiente para descansar, modificar hábitos, cambiar tu alimentación o acudir donde un especialista.
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Gestiona ese desajuste emocional: ¿Cuáles son los pensamientos que se activan frente al estrés? El lenguaje de la mente es muy poderoso, y todo aquello que te digas te hará sentir afortunado(a) o desgraciado(a).
Conversa con tus amigos: El mantener relaciones de amistad nos ayudan a liberar el estrés de nuestra vida. Una conversación, un abrazo y palabras de aliento nos ayudan a reducir de manera sorprendente la tensión gracias a la liberación de la hormona llamada oxitocina asociada a la lactancia y a el vínculo de los padres con un bebé recién nacido. Sin embargo también se activa frente a los vínculos de amistad, relación de pareja y contactos cercanos.
Monitorea tu alimentación: Los alimentos que nos ofrecen nutrientes y vitaminas nos ayudan a mantenernos fuertes y saludables, potenciando nuestro sistema inmunológico frente a las enfermedades y neurotoxinas.
Alimentación recomendada y sus beneficios |
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Las vitaminas A, C y E; combaten directamente la formación de radicales libres los cuales causan envejecimiento, alteraciones en el ADN y enfermedades cardiovasculares, arterioesclerosis, diabetes, aumentan niveles de colesterol malo y cáncer.
Zanahoria – Melón – Brócoli – Coles de Bruselas – Espinaca – Camote. |
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Los minerales como el potasio, magnesio y calcio son necesarios para regular nuestra respuesta orgánica frente a las hormonas del estrés: cortisol.
Frutas – Verduras – Cereales enteros – Carnes. – Frutos secos y semillas – Un vaso de leche tibia. |
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Existen algunos alimentos que nos resultan relajantes y a su vez estimulan el buen funcionamiento de nuestras células nerviosas que nos permite mantener los niveles de estrés bajo control.
Plátano – Almendras – Germen de trigo – Levadura de cerveza – Semillas de girasol. |
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